La oxitocina, hormona del amor
El poder del abrazo
El otro, con su presencia, me influye fisiológicamente, modula mis emociones, me influye hormonalmente y yo a él. La presencia de un otro sano me resulta reconfortante y apaciguadora.
Y aquí es donde radica la importancia del abrazo.
Cuando tocar o acariciar es imposible, se genera un estado de ansiedad, de hambre límbica. El dolor de una separación, es el dolor de la retirada neuroquímica (dopamina, oxitocina, serotonina, endocrinas,…). El cerebro se encuentra en un estado como el de la abstinencia de las drogas.
Las caricias, besos, abrazos, tocamientos, miradas, interacción emocional positiva, la proximidad, el contacto estimulan el flujo de oxitocina, serotonina y dopamina. Abrazar genera oxitocina en el cerebro, y también la tendencia a confiar en la persona a quien abrazan.
Con el abrazo se activa la liberación de oxitocina que, da una sensación de calma, confianza y a nivel límbico disminuye la angustia y los estados de ansiedad.
El hombre actual, la mujer de hoy día necesitan del abrazo para un funcionamiento psicológico sano.
Existen muchas formas de abrazar pero lo que le da calidad al abrazo es la emoción que transmites en ese instante.
Cada abrazo, es singular, único, transmite una esencia, un aroma, un olor y a través de la presión calida en tu cuerpo, reconoces, la presencia de un otro que te llena.
Amar a tu cuerpo significa dejar que te hable, el sabe, en que abrazo se completa, se siente vivo, pleno.
El abrazo es el momento en el que los cuerpos fluyen en armonía y donde ese instante se hace eterno. Si quieres regularte, ve y da un abrazo. Si no tienes a nadie, llama a alguien y pidele un abrazo, y si nadie te lo da, vete a la naturaleza y abraza a un árbol. Y si no hay árboles, te tienes a ti.
Abrázate.
Abraza
Javier Vergara
Psicólogo
Comentarios: 2
Me encantan tus entradas. Me resultan muy esclarecedoras
Gracias Juan. Ya sabes donde estoy