El amor: su cara y cruz
No hay noche sin un amanecer
El amor es ese sueño dorado que todos persiguen, es el cielo azul, es el anhelo del alma, pero tiene su cara y su cruz. Pudiera parecer un chiste cósmico, pero allí donde existe una relación existen los conflictos.
No existe el uno sin el otro. Es la cara y la cruz de toda interacción humana. A pesar de que el conflicto lleve al sufrimiento, estamos destinados al encuentro con un otro que nos complemente de una forma especial y diferente. Y así la vida se hace luz, se hace poesía, se hace corazón y, al mismo tiempo, te lleva al desazón producto de la fricción de dos seres en continua evolución y contacto.
Es inevitable sentir dolor en tu relación, en tu pareja. Y, por más que te opongas a ello, nunca conseguirás una relación mágica e ideal. No obstante, podemos conseguir, con la voluntad adecuada, que los conflictos se reduzcan a su mínima expresión y que la cara de la felicidad y la alegría brillen en el día a día. No hay conflicto sin crecimiento, no hay conflicto sin aprendizaje. Y como dijo un gran sabio «No hay noche que no vea el día«.
Javier Vergara
Psicólogo.Especialidad clínica
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