El peligro de etiquetar a los hijos
Cuando etiquetar perjudica
Etiquetar supone hacer un juicio de valor que puede potenciar a los hijos o limitar o coartar la personalidad de estos.Expresiones típicas como: «eres igual que tu padre, eres torpe, eres muy mala, eres muy desobediente…».El problema viene cuando son repetidas y mantenidas en el tiempo ya que los hijos la viven como sentencias grabadas en piedra, lo viven como “hay algo malo en mi”.
Es igual de perjudicial una etiqueta negativa (socavan la auto estima del niño) como otra excesivamente positiva: «Eres el más guapo, eres el mejor, eres un crack»: suelen ser exageradas y poco reales. El niño siente que no es tan inteligente como los padres quieren hacerle ver.
Los hijos construyen su percepción de sí mismos en base a la mirada que tienen sobre todo sus padres y estos se van a relacionar con el mundo a partir de dichas definiciones, algunas de ellas quedan grabadas a fuego. Es decir, el problema es que el niño/a se encasilla a si mismo.
Los niños son muy sensibles no solo al trato sino que son igualmente sensibles a los que los padres piensan de ellos, a cómo los ven y a lo que esperan de ellos. Etiquetar se convierte en un peso que va a cargar el niño, durante años.
Lo padres…“modifican gradualmente el trato que le dispensan de acuerdo con la expectativa definida por la etiqueta”. Es decir, se evita que el “patoso” pruebe determinados deportes; que el “callado” participe en la conversación etc.
Un niño etiquetado de torpe o desobediente tiene muchas probabilidades de convertirse en un niño torpe o desobediente.
Posibles soluciones:
Cuidado con los «Eres…» cuando van acompañado de un etiqueta negativa, mejor morderse la lengua.
El niño/a necesita sentir que lo que se le dice es real y ajustado a lo que él siente de sí mismo, a sus propias capacidades y habilidades: «soy bueno, pero no soy el mejor de la clase».El sabe que es así.
Cuando algo no nos gusta dirigir la atención más a la conducta que a la identidad…una cosa es lo que el niño hace y otra lo que el niño es…porque el niño derrame un vaso de leche, no lo convierte en patoso.
Los hijos reacciona ante las emociones de los padres en ese momento, es decir si se monta un drama porque el niño ha derramado un vaso de leche en el sofá, el niño va a empezar a entender que hay algo mal en él y a partir de ahí va a definir sus interacciones.
No es lo mismo decir: “Tú eres tonto», a decir…»Acabas de hacer o decir una tontería».Por tanto, todo lo positivo que veamos reforzarlo y lo negativo que entiendan que solo es algo que se puede trabajar para mejorar.
Cuidado con etiquetar, puede ser un peligro.
Javier Vergara
Psicólogo especialidad clínica.
Comentarios: 2
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices y tanto en el matiz positivo o negativo los profesores nos cansamos de observarlo todos los días. Hay niños cuyos padres les exigen en exceso ya que según ellos son los mejores y a otros que no se les valora lo que hacen porque les dicen que son tongos, muchos casos sin serlo pero que a base de repetirlo una y otra vez se lo acaban creyendo.
Hay profesores muy dados a etiquetar a sus alumnos no viéndolos ya de forma objetiva y eso hace muchos años que se lleva haciendo.
Dejemos a los niños expresar sus potenciales y no les etiquetemos porque de este modo tendremos unos futuros hombres muy válidos que nos ayudarán a mejorar la sociedad en la que vivimos.
Un fallo lo tiene cualquiera y no por eso no somos personas válidas y unos pueden ser buenos en unas cosas y no tanto en otras pero poder hacerlas igual.
Valorar a los niños en su justa medida y sobretodo motivarlos es lo que conseguirá además de que estos niños sean felices que vayan progresando en la vida como personas que es lo realmente importante.
Muchas gracias Monica. Me quedo con tus palabras «Valorar a los niños en su justa medida y sobretodo motivarlos es lo que conseguirá además de que estos niños sean felices que vayan progresando en la vida como personas que es lo realmente importante»