El trigo y la cizaña en pareja: el poder de las expectativas

El trigo y la cizaña en pareja: el poder de las expectativas

Una expectativa es aquello que esperas ante una situación determinada.
En nuestra vida sucede aquello que esperamos que suceda. ¿Donde enfocas tu atención?. El poder de las expectativas depende de otro poder fundamental: El poder del enfoque. Aquello en lo que te enfocas, determinará aquello que obtienes.
Creas tu vida, en base a las expectativas que tienes de ella. Si eres una persona que tienes altas expectativas en tu vida, ante una situación negativa, ante una adversidad, eres capaz de ver una oportunidad poderosa dentro del problema.
El hecho de que esperemos que algo nos va a doler, lo hará más doloroso. Aquello que tu esperas que vaya a ocurrir, tiene una notable intensidad en aquello que vas a experimentar. Si vas al dentista, esperando que te duela, es muy probable que te vaya a doler mucho más.

Aquello que esperas con un determinado convencimiento, se convierte en tu propia profecía de auto cumplimiento.

Las personas optimistas saben que su mayor problema es su mayor oportunidad.
Goethe decía: “Si se trata a un hombre como lo que es, seguirá siendo lo que es; si se trata a un hombre como él puede y debe ser, llegará a ser lo que puede y debe ser”.

¿Y qué ocurre en pareja?¿Esperamos que cambie? ¿Estamos convencidos de que no puede cambiar? ¿Estamos convencidos de que siempre va a seguir siendo igual? ¿A través de que lentes ves a tu pareja?
Hay gentes que afirman totalmente convencida de que: «Mi pareja, nunca va cambiar, Él/ ella es así, yo lo conozco muy bien». Si esperas esto de tu pareja, desde luego, es lo que vas a ver, ya que tu pareja genera en ti una actitud que se va a traducir en una forma de comportarte ante ella, y éste va a responder ante esa actitud que tu tengas hacia él.
Continuamente establecemos etiquetas del tipo: «Es que tu eres…(negativo, egoísta, interesado…)» y actuamos con el otro en función de dicha lente. No vemos al otro limpiamente.

A veces ha pasado el tiempo y te has dado cuenta de que muy pocas veces te has relacionado con tu pareja sino con la «idea» que tenías de tu pareja y ello ha condicionado tu forma de actuar ante el. «El/Ella es así, no tiene arreglo».

Es por eso que conviene diferenciar el trigo ( lo positivo) de la cizaña ( las malas hierbas, lo negativo) en la pareja. Si vemos los campos, la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.
La cizaña es una planta que al igual que el trigo, posee granos, pero granos que son venenosos. No puedes hacer harina con ellos.
Muchas veces somos auténticos expertos en ver la cizaña en la pareja, pero por supuesto nunca vemos la cizaña en nosotros. La humildad en pareja es clave. No basta con apuntar con el dedo acusador al otro. Es mucho más conveniente mirar a uno mismo y analizar cómo está mi mundo interior, que pautas y patrones negativos existen en mi que enturbian mi relación.

Pero si esperamos que el otro nunca puede cambiar, así será. Tus expectativas ejercen una poderosa influencia que hace que las personas que te rodean se comporten según tus previsiones.
¿Te has fijado alguna vez en como hablas? ¿En las cosas que normalmente dices?
Es decir, estamos continuamente influyendo en la pareja a través de nuestras creencias y al mismo tiempo siendo influidos por las creencias de nuestra pareja. Ves a tu pareja a través de unas lentes formadas por prejuicios, creencias, convicciones.

Por eso es muy importante diferenciar entre los hechos objetivos (como tu pareja se comporta, como te comportas tu misma) y nuestros juicios.
Es posible que tu pareja sea un maltratador, una persona infiel, no le guste trabajar, una persona muy dependiente que está todo el día encima tuya y apenas te deja espacio para ti…todo ello son hechos objetivos. Los hechos son como son, son tozudos.En dicho caso lo mejor es marcharse cuanto antes. Otra cosa es que tu pareja sea una persona fiel y tu la veas como infiel, dudes de el continuamente, y entonces la persigas y la controles.

Las expectativas que tu pareja tiene en ti, proyectan una fuerte influencia en ti. De ahí radica la importancia de ser personas selectivas.
Pregúntate: ¿Es esta la persona que quiero en mi futuro? ¿Cómo me veo con esta persona dentro de 1 año, y de 5, y de 10? ¿Estaré mas realizada personalmente, seré mas féliz?.
Hay gentes que están a gusto como son, que no quieren cambiar ningún comportamiento. Todo eso es respetable siempre y cuando no incida en tu bienestar físico o psicológico.
Mi consejo es que sólo nos rodeemos de gentes que nos valoren, apoyen e inspiren a crecer como personas. Si tu pareja lo único con lo que se conforma es que estés junto a él, esas expectativas son las que te transmitirá. Pero si tu pareja espera que estando junto a él, crezcas, te desarrolles y busques tu potencial mas ilimitado, tu nivel de motivación junto a esa persona será muy alto.

Las personas acostumbradas al éxito suelen tener auto expectativas llenas de certidumbre y positivismo. Esperan tener éxito, esperan gustar, esperan ser felices, y casi siempre se salen con la suya
Analiza cuales son las expectativas que tienes sobre ti mismo. ¿Son poderosas, son mediocres…? Puedes crearte expectativas lo suficientemente poderosas como para crear una vida maravillosa en torno a ti. No obtienes tanto lo que quieres, sino aquello que realmente esperas.
Cuanto más positivo, optimista, enérgico y vital te veas, más posibilidades tendrás de conseguir ese trabajo, ese empleo, esa pareja…
Sé consciente del poder inmenso de las expectativas en tu vida y se consciente de aquello que piensas y de aquello que hablas.

«Ten cuidado con aquello que esperas, no sea que se cumpla»

Javier Vergara

Psicólogo

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